Escuelas del Ave María

La historia de la escuela comienza en 1905, cuando el sacerdote malagueño Diego López recogía el testigo del padre Andrés Majón e instauraba en la ciudad lo que éste había comenzado a finales del siglo XIX en Granada, una casa de acogida en Pozos Dulces para salvar del hambre a los niños que deambulaban por la calle.
Organizaron un refugio nocturno para recoger a los niños que, por aquellas fechas, dormían en los escalones de las casas. Por suerte, al año de arrancar su labor humanitaria, el sacerdote recibió la visita de José Gálvez Ginachero, quien le ofreció un local que poseía su esposa a las afueras para desarrollar la labor del Ave María.
Aquel primer centro, ubicado en el Pasillo de Natera, recibía a diario a los hijos de muchos vecinos de los populares barrios de la Trinidad y el Perchel, que los enviaban a fin de que los pequeños pudieran comer dos veces al día y recibir una educación digna gracias a las aportaciones de los benefactores.