Aunque parezca sorprendente, la de Macharaviaya fue la primera escuela pública, mixta y gratuita de España, y se fundó varios años antes que las primeras escuelas públicas de Madrid.
El carácter avanzado e ilustrado de la familia Gálvez de Macharaviaya, a la que pertenecían José y Miguel de Gálvez, que desempeñaron importantes cargos políticos al servicio de Carlos III, llevó al municipio a contar con la que puede considerarse la primera escuela pública española. Un proyecto educativo que arrancaba en 1782, un momento en el que la Ilustración compartió protagonismo con la apertura de la Fábrica de Naipes en la misma localidad.
Con anterioridad ya funcionaba una escuela antes de 1776, costeada por José de Gálvez, marqués de Sonora, y que tenía por maestros a don José Aponte y a doña Ana de Rueda.
José de Gálvez también instituyó un banco agrícola para ayudar a los labradores en apuros con préstamos a bajo interés, fundó una fábrica de naipes para enviarlos, en exclusiva, a toda América, y construyó fuentes y lavaderos. También redificó la iglesia, donde los Gálvez hicieron una cripta e instalaron en ella el panteón familiar.
En enero del año 1783 el rey Carlos III promulgó la Real Cédula y Reglamento para las Escuelas, Premios y Socorros establecidos en la Villa de Macharaviaya. El Reglamento estaba formado por 35 artículos y constituye el prototipo de los colegios fundados en el siglo XVIII.
Dicho Reglamento establece que siempre habrá en Macharaviaya una escuela de niños y otra de niñas, y que las asignaturas serán Doctrina Cristiana, Lectura, Escritura, Cuentas, Costura, y «bordado y demás haciendas mujeriles». A todos los discípulos de ambas escuelas se les proporcionaría cartillas, catecismos, catones y manuscritos para leer.
La novedad era que, además, los niños y niñas aun estando en clases separadas, acudían al mismo edificio para estudiar, algo que no ocurría en el resto de centros educativos españoles. Sin embargo, los contenidos que se impartían en la escuela de niños eran diferentes a los de la de niñas.
Escuela de Macharaviaya en 1926
Las clases recibidas por las niñas eran las llamadas propias de su sexo, es decir, el aprendizaje del bordado, costura, tejer media e hilar y alguna instrucción. Mientras que los chicos se instruían en las enseñanzas de las cuatro reglas o educación elemental: leer, escribir, cálculo y doctrina cristiana.
El centro tenía un sistema educativo muy avanzado para la época, ya que se prohibían expresamente los castigos físicos a los niños y había premios que se otorgaban a los alumnos con mejores notas para incentivar el buen progreso de los chavales, que otorgaba una junta formada por las autoridades locales. Don Miguel de Gálvez ideó que los vecinos de Macharaviaya y Benaque con buena situación económica donaran una cuota anual, incluidos los ausentes, y que también se sumaran otros personajes que tenían amistad con los Gálvez.
En una fecha tan tardía como 1881 la provisión de la plaza seguía correspondiendo a la Junta de patronos, y en 1886 una Orden de la Dirección General de Instrucción Pública todavía obliga al ayuntamiento de Macharaviaya a abonar los haberes de los maestros de Benaque D. Antonio Sánchez y Doña Clotilde Valderrama, dado que estas son las únicas escuelas que mantiene, al estar las de Macharaviaya todavía sostenidas por el Patronato del Banco Agrícola.
Además, un dato interesante es que el edificio fundacional que acogió esta primera escuela pública es el mismo que se encuentra actualmente en el municipio, claro está, con las correspondientes reformas. Actualmente recibe el nombre de Colegio Público Rural Salvador Rueda.
Cuando los avatares de la historia empujaron a tratar de poner punto y final a la citada novedosa experiencia educativa, una de las maestras se puso en contacto con Miguel de Gálvez para recuperar su trabajo y que se volviese a abrir el centro.
Esta historia es abordada en dos libros, Uno, la novela La Jugada Maestra de Sofía Tazón y otro, en el libro La fundación de escuelas y banco agrícola de Marcharaviaya de José Luis Cabrera Ortiz.
Vales-Villamarín Navarro, H., & Reder Gadow, M. (2015). Política Educativa Ilustrada:: Una visión comparada de la fundación de Escuelas de Primeras Letras (siglo XVIII). Americanía: revista de estudios latinoamericanos de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, 1, 59–94. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4951787
