El Colegio Salesiano Sagrado Corazón de Jesús de Antequera surge como una iniciativa de doña Salvadora Muñoz González, nacida en Cuevas Bajas, provincia de Málaga, hacia el año 1854. Enviudó, sin descendencia, y al morir su marido fundó una gran obra benéfica para la educación de los jóvenes de la comarca, especialmente la de los más abandonados.
Una de sus preocupaciones fue cómo llevarla a cabo, y para esta labor contactó con los Salesianos, a quienes donó las fincas de los cortijos Aguirre (donde hoy se ubica el colegio Salesiano de Antequera) y San José (muy cerca de este último).
La empresa no estuvo exenta de dificultades, y doña Salvadora Muñoz murió el 27 de diciembre de 1927[1] sin ver acabada su obra. En septiembre de 1931 todavía no estaba finalizado el edificio y desde el Ayuntamiento de Antequera se alzaban voces instando a los salesianos a la terminación de las obras[2]. Las clases no comenzarían hasta 1938.
Los primeros años acogió a niños internos de los pueblos cercanos (Villanueva de Algaidas, Cuevas Bajas y Cartaojal) y a alumnos externos de los cortijos de los alrededores de la vega de Antequera, según fue su voluntad y los fines de la fundación. Pocos años después se amplió el número de internos, acogiendo el primer curso de aspirantes salesianos, que después pasaban a Montilla, pues parte de los bienes cedidos eran para el sostenimiento exclusivo de vocaciones.
Posteriormente, en 1959 se instituyó una Fundación denominada «Nuestra Señora de la Victoria» para “proporcionar enseñanza gratuita, según las normas de la Santa Iglesia y en cuanto sea factible proporcionar alimentos y vestidos a los niños pobres de la comarca de Antequera”, que en 1966 sería declarada Fundación Benéfico-docente[3].
La Fundación se mantenía, entre otras, con parte de las rentas del Cortijo El Vivar en donde existía una escuela rural, también financiada por la misma Fundación.
El Cortijo El Vivar, que aún existe y en la actualidad sigue teniendo un uso agrario, se puede fechar en torno a 1914, y se trata de una unidad arquitectónica de gran valor compositivo según la tipología de un cortijo mixto de olivar y cereal, con predominio de la primera explotación y gran peso en fábrica de las dependencias dedicadas a habitación, vivienda y servicio de éstas, con un marcado sentido religioso. La escuela se encontraba en la crujía trasera, con entrada independiente y gran desarrollo longitudinal en sus dos alturas.
En Antequera hubo otros dos colegios con el nombre de Sagrado Corazón de Jesús, uno situado en la calle Muñoz Herrera, nº 3, “de instrucción primaria”, con dos aulas una de párvulos y otra general, y otro en C/ del Barrero, nº 2, con un solo aula y dirigido en 1917 por Francisco Cantos Sánchez. Actualmente, el instituto de educación secundaria de Cuevas Bajas ostenta el nombre de Doña Salvadora Muñoz en homenaje a la benefactora nacida en la localidad.
En la parte superior de la entrada al colegio se observa un mural cerámico de gran tamaño (1 m por 1,60 m) con la imagen de María Auxiliadora. Es de principios del siglo XX y tiene la firma del horno sevillano de José Mensaque y hermanos.
[1] La Unión Patriótica. 19 de diciembre de 1927 y El Sol de Antequera, 25 de diciembre de 1927
Molina González, I. (Ed.). (2000). Cortijos, haciendas y lagares: arquitectura de las grandes explotaciones agrarias de Andalucia ; Provincia de Málaga. Junta de Andalucía, Consejería de Obras Públicas y Transportes.
